REFERENTES DE
EXPEDIENTE BÉLMEZ
de Fernando Figueroa
SINOPSIS DE LA NOVELA: Mayo de 1984. En una casa baja del barrio de Entrevías se producen fenómenos extraños. El suicidio del dueño de la casa obliga a Tralla, un baterista de heavy metal y admirador de Aleister Crowley, a desentrañar el misterio que se oculta detrás. Guiado por la Providencia, reunirá a un grupo de valientes: un formalito, un tocapelotas, una virgen, una fresca y un mudo, que lo acompañarán en su odisea de ultratumba. Todos juntos, se enfrentarán al mal que anida en el interior de la tierra y que amenaza con dominar el mundo. A ritmo de sexo, drogas, rock y magiak, descubriremos los secretos ancestrales que las viejas leyendas de Vallecas esconden.
Toda creación bebe de otras y no voy a ser yo el que niegue que la originalidad emana de la tradición como la compota proviene de la huerta. En este caso, Expediente Bélmez tiene, entre otras influencias culturales, palpables y latentes, la del cine y la televisión de los ochenta y de un poco más lejos. Empecemos a enumerar esas películas o series cuya huella —incluso sus clichés que no parecen clichés— se deja sentir entre sus páginas, al menos para la generación del baby boom a la que pertenezco y sin menoscabo de introducirse en una historia la mar de original que sorprende y divierte al lector por partes iguales.
El club de los cinco (o The Breakfast Club) es una película de 1985 para adolescentes que disfruté en su día por muchas cosas. La principal es que se trataba de un conjunto de personajes variopintos y problemáticos conviviendo forzosamente en una situación de encierro. En mi novela, y en mis novelas, la coralidad es importante. No me gustan las historias que se consagran a la exaltación del héroe individualista, me parece algo falso e irreal para alcanzar el éxito sin dejar cadáveres por medio. En Expediente Bélmez, tenemos un grupo de adolescentes de barrio, cada cual con su propia personalidad e idiosincrasia y que, entre tiranteces o afinidades, se irán conociendo y harán piña para conseguir salirse con la suya frente al reto que se les avecina. Ese «solo no puedes, con amigos sí» en clave de asfalto.
Los Goonies es otra película de 1985 a tener en cuenta. Igual que en la anterior, tenemos a un grupito con distintos talentos que se conjugan en bien del colectivo, pero que, a diferencia de ella, aquí la realidad cotidiana abre una puerta a lo extraordinario. Los protagonistas de Expediente Bélmez, jevis y poperos, son unos vallecanos que viven y sienten el barrio y que, de la noche a la mañana, se encuentran inmersos en una aventura espectacular que pone a prueba su lealtad, el control de sus hormonas y el compromiso con la causa.
Poltergeist es una película de 1982 que vi en el instituto. Difícil verla, siendo de Entrevías, y no establecer alguna clase de paralelismo entre esas urbanizaciones suburbiales de casitas blancas made in USA y los poblados dirigidos del franquismo, la noche y el día en cuanto calidades y prestaciones pero muy sugestivos en cuanto a saber cómo se han levantado y sobre qué. Por supuesto, algunos de los componentes de esta compañía de aventureros que exploran el Más Allá tienen sus dotes psíquicas.
La torre de los siete jorobados de 1944 es la referencia más antigua y la más castiza de todas. Sin duda, el lector entenderá la conexión una vez avance en la historia. Aquí no les voy a decir nada más salvo que no hay jorobados y que ningún pueblo puede escapar de ninguno de los episodios de su historia y de su leyenda, y aquí en Vallecas hay mucha historia y mucha leyenda.
Otro referente evidente es Dragones y mazmorras (Dungeons & Dragons), serie de 1983-1985, emitida en TVE en 1985. Si sumamos todo lo dicho antes, salen las cuentas hasta el punto de poder decir que cada uno de los personajes de Expediente Bélmez encarna algún arquetipo guerrero o mágico que se ven obligados a desarrollar para cumplir con su misión en su lucha compartida contra el mal. Cerramos con una serie británica —de las muchas que de misterio, suspense o fantasía completaban la parrilla infantil de los años setenta y ochenta—, Dentro del laberinto (Into the Labyrinth) de 1980 a 1982, emitida en TVE en 1981 y 1982. Una serie cavernosa y con viajes en el tiempo, con un grupito de tres chicos inmersos en una aventura en la que se confrontan mágicamente las fuerzas del bien y del mal perpetuadas siglo tras siglo, con objetos mágicos por medio.
Con todo esto, percibimos que una novela ochentera no tiene por qué no tener sustancia, como tampoco la cultura pop o el folklore urbano. Es más, toda recreación histórica necesita afincarse en el imaginario de esa época para conectar con una generación de lectores que han vivido esos tiempos. Al menos se intenta.
Expediente Bélmez
Historias vallecanas