jueves, 2 de noviembre de 2023

EXPEDIENTE BÉLMEZ

 

Cubierta de Expediente Bélmez



EXPEDIENTE BÉLMEZ

texto de Fernando Figueroa



SINOPSIS: Mayo de 1984. En una casa baja del barrio de Entrevías, se producen fenómenos extraños. Este suceso más el suicidio del dueño de la casa obligan al Tralla, un baterista de heavy metal y admirador de Aleister Crowley, a desentrañar el misterio que se oculta detrás. Guiado por la Providencia, reunirá a un grupo de valientes: un formalito, un tocapelotas, una virgen, una fresca y un mudo, que lo acompañarán en su odisea de ultratumba. Todos juntos, se enfrentarán al mal que anida en el interior de la tierra y que amenaza con dominar el mundo. A ritmo de sexo, drogas, rock y magiak, descubriremos los secretos ancestrales que las viejas leyendas de Vallecas esconden.


Prosiguiendo en la nueva senda de escribir historias con un trasfondo barrial, publico esta segunda entrega de la serie Historias vallecanas, iniciada con Pentesilea. Esta vez, la acción se ubica en la Entrevías de 1984 y, en cuanto a género, se enclavaría dentro de la novela urbana, paranormal y erótica con un tono entre lo social y lo cómico. Y mira que he querido explorar mi capacidad de transmitir terror, pero creo que me cuesta tomarme en serio tanto los géneros como mis habilidades creativas en este mundo de locos. En fin, el principal propósito ha sido pasárselo bien escribiendo y ahondar en la comedia humana contemporánea mediante la configuración de un ramillete de personajes singulares instalados en un marco genuino y popular.

Aquellos que hayan leído Pentesilea y les gustó podrán llevarse una alegría con este libro, pues se encontrarán, al margen de algún que otro cameo, con un viejo amigo como protagonista, el entrañable (al menos para mí) Tralla, el baterista del Bambú Vudú. Por supuesto, más jovencito, en ciernes, como se dice, de emprender su carrera en serio. Un jevi amante de la magiak de Aleister Crowley, con mucho carisma y mucho arte para ganarse el favor femenino, escurrir el bulto y resolver problemas, y que se verá enredado, en su agitada rutina, en una aventura extraordinaria, digna de figurar en las sagas míticas de la historia y la leyenda del ocultismo y del rock más oscuro. Por supuesto, en compañía, que para eso estamos en los ochenta y rige el «solo no puedes, con amigos sí» antes, incluso, del próximo estreno de La bola de cristal en ese mismo año.

Obvio es que el escenario elegido responde en gran medida a la nostalgia de mi patria chica (léase la primera edad de la vida o el barrio de crianza). De este modo, nos asomamos a un pasado recreado, idealizado en sus luces y sombras, entre lo estereotipado y lo realista, lo que, creo, dota de profundidad y universalidad a las historias, aun siendo de género. En el fondo, la pandilla que asoma recordará a propuestas tales como la cuadrilla de Conan el Bárbaro o de Dragones y Mazmorras (vestidos con vaqueros y chupa o a la moda juvenil), el Club de los Cinco (fuera de clase, sobre o bajo el asfalto) o los Goonies (más creciditos y con las hormonas desatadas). La referencia cinéfila o telemaniaca está ahí, para qué negarlo, es inevitable. También te reirás un rato con los clichés vallecanos o roqueros al uso, con simpatía y sin ánimo de ofender, y una sexualidad descocada y desbocada no apta para recalcitrantes y mentes cuadradas. La creatividad tiene más de chorro que de agua mansa.

Como no puede ser menos para un historiador, disfruté mucho con la labor de documentación: observar la datación de acontecimientos, la existencia de edificios e instalaciones, la cultura material, las costumbres, la cosmovisión, el léxico, los juicios y prejuicios, la programación televisiva, las fases de la luna, etc.; entre la memoria, el relleno de lagunas y la confirmación de los recuerdos. Una potente base sobre la que proyectar una atmósfera extraordinaria que rara vez se ancla en un entorno barrial y que mi alma de niño anhelaba que anidase, al menos en la fantasía, en aquella Entrevías de los setenta y ochenta, aislada y fronteriza, necesitada y sobrada, humilde y orgullosa, marginada y luchadora, soñadora e idealista, que viví.

Además, he tratado de entroncar la trama con leyendas vallecanas como la del moro Kas o la del Caballo Blanco, que el folklore es de todos y de nadie, caramba. Así, para darle un peso autóctono y salirse fuera de los imaginarios tópicos y trillados del género y de lo visto por los Madriles. Hay que dar cancha a nuevos personajes o personajes olvidados y refrescar los géneros con nuevas propuestas o enfoques. Lo que se dice romper esquemas o ampliar el marco de referencias.

Respecto a las imágenes, he ilustrado puntualmente el texto con imágenes recicladas que venían al pelo y he diseñado una cubierta calcando la composición de una portada de la revista ocultista de la época Enigmas. Con ello, planteo ya de partida esa clave esotérica o esoteril que marcará lo que se encontrará el lector entre sus páginas, en torno a temas como el espiritismo o los viajes astrales para empezar. No olvidemos que la acción transcurre en una época en la que el ocultismo todavía no se había mostrado en todo su esplendor como una máquina de hacer billetes o manipular a la gente, y brindaba al españolito de a pie otra oportunidad más de expandir su mente tras décadas de confinamiento ideológico y de represión y conducción moral.

No sé. Creo que ha quedado una historia bastante apañada y un universo humano bastante chulo con el que puede ser fácil intimar con o sin confianzas. Eso sí, nada apta para puritanos, integristas, culturetas o lectores de chichinabo. Esto es ficción, literatura de género, esto es desparrame mental y emocional para pasar el rato desinhibidamente y con calidad de vida, sin grandes pretensiones académicas pero un mínimo de rigor cultural. Por lo demás, si te salpica algo de su contenido, te aguantas, que para eso has pagado, abierto la tapas y has metido las narices entre sus páginas para leerlas. El rock con letras entra; si no sabes a qué entras, pa qué te metes; ten descorridas las cortinas de la ducha siempre; no es oro todo lo que reluce; la realidad tiene dobleces; no te chines por memeces, y no pierdas de vista la salida ni la mochila..., en fin, enseñanzas a mogollón si sabes mirar todas la caras de la existencia.



Castellano

284 páginas
15,24 x 2,08 x 22,86 cm
Tapa blanda y Kindle




Entrevista




No hay comentarios:

Publicar un comentario