lunes, 27 de noviembre de 2023

REFERENTES DE LA SERIE DE HARRY MAESNOW (1)



Maesnow camino al trabajo



REFERENTES DE LA SERIE

DE HARRY MAESNOW

de Fernando Figueroa



SINOPSIS DE LA SERIE: Bienvenidos a las aventuras y tribulaciones del agente de la Honorable Policía Metropolitana de Rabishpool Harold Maesnow. A finales del siglo XIX, en la Baja Inglaterra y en pleno declive de la era victoriana, Maesnow tratará de combatir el crimen y de sobrevivir a sus problemas familiares, la agitación política, la liberación sexual y la intensidad de su relación sentimental con la actriz Molly Grapes. Un hardboiled neovictoriano que será la delicia de los amantes del género, donde el misterio, la acción, la crítica social, el humor y el sexo se dan algo más que la mano.


En ocasiones, la gente curiosa emprende la tarea de desentrañar la genealogía cultural que hay detrás de la génesis de tal o cual producto cultural. O sea, cuáles son los referentes que han concurrido en el caldo de cultivo que ha dado lugar a su concreción y lo entroncan con la tradición o lo precedente. En fin, de dónde ha mamado el autor la leche que ha dado el queso que ha elaborado tan ricamente.

Podríamos creer que, como autor de la obra, cuento con cierta ventaja frente al lector a la hora de enunciar qué referentes hay detrás de mis textos, pero no es así. Son datos que a veces se muestran de modo evidente y, otras veces, de modo muy sutil; tanto tanto que hasta el autor no tiene por qué ser consciente de su existencia. Vivimos en una cultura magnífica y difusa, muy muy rica en historias y personajes, donde concurre multitud de fuentes, tradiciones, revisiones y sincretismos que, dudo, puedan algún día recogerse plenamente en algún contenedor de conocimiento. Muchos de ellos se esconden en la memoria y afloran ocasionalmente, según convenga, o forman parte por siempre de lo inconsciente nutriendo los desayunos de las musas, esas madrugadoras impenitentes que jamás se acuestan y te visitan en horas intempestivas.

Así que hagamos memoria o psicoanalicémonos que, para el caso, parece lo mismo: ¿qué referentes concretos del género negro hay detrás de las aventuras de Harry Maesnow? Por generación, pertenezco a aquellos que veían televisión como leían libros, tebeos, escuchaban la radio e iban al cine o al teatro. En lo que concierne al gusto por el género negro de época, me vino de crío, pues disfrutaba mucho con ese tipo de historias. Hasta escribí para representar en el colegio una obra de teatro con Sherlock Holmes, gané (con mi hermano) un concurso veraniego de El País por descubrir al asesino de Montserrat Caballé o coleccionaba la serie de Los tres investigadores. En fin, no es de la literatura de donde llega la mayor influencia y la inspiración para crear a Harry Maesnow y su universo, sino de la televisión, esa alma mater de los babyboomers

      
 

Por la tele se emitían muchas series de misterio y películas de cine negro en los años setenta y ochenta, lo que para un niño inteligente e inquieto era una excelente gimnasia. El peso de las teleseries o películas británicas era notable en la televisión española, y muchas eran adaptaciones de textos literarios si hablamos de series de época, esas donde, precisamente, no salía ningún televisor porque todavía no se habían inventado. Christie y Doyle eran los reyes en esa órbita. Aunque en lo referente a series con atmósfera victoriana, eduardiana o jorgiana, había otras muy interesantes de corte social, como Arriba y abajo y Retorno a Brideshead, o miniseries como la de Jack el Destripador, que ayudaban a calibrar ese sabor old British, pues el contexto histórico es importante para construir un escenario sugerente, grandilocuente y miserablemente exótico.

Afinando y en un ejercicio de honestidad, siento que en la serie de Harry Maesnow se ha ido imponiendo, título a título, la idea de una pareja mixta de investigadores. No digo que vaya a ser así por siempre, que también Maesnow cuenta con otros colaboradores, especialmente con su compañero Bryan O'Neill, o se lo guisa solo; pero la posibilidad se asienta y ¿por qué? ¿Por salir de lo trillado o porque hay precedentes muy bien apañados que lo avalan? Creo que pesa mucho en ello la serie Unidos frente al delito, versión de Matrimonio de sabuesos de Christie, con los encantadores Tuppence y Tommy Beresford;  y otras coetáneas en las se jugaba con la oposición-complemento de temperamentos, la lucha de sexos o la tensión sexual, como las americanas Remington Steele, con Laura y X (Remington Steele), o Luz de luna, con Maddie y David. De este modo, apuesto con mi granito de arena por la misma fórmula con la oportuna variación: el emparejamiento de un policía y una actriz, ambos de extracción popular, del mismo barrio, que se conocen desde niños, aunque no siempre han estado juntos, y que respetan sus respectivas esferas profesionales,  ya que, al contrario que las parejas citadas, no trabajan juntos y mantienen sus esferas sociales propias. Una pareja moderna de los noventa del XIX.

Posiblemente, Molly Grapes comparta con Tuppence su independencia, su osadía, su picardía, su distinción y sus dotes actorales. Por lo demás, es muy suya, una auténtica superviviente en un mundo de hombres, que es capaz de hacer amigos o enemigos como ninguna y nunca se deja humillar por nadie. Representa el ímpetu vital, la dignidad social y la alegría de vivir de la clase trabajadora, que ella enfoca en el arte y los escenarios y sus actividades benéficas. Feminista heterodoxa, rechaza el puritanismo y reclama un papel protagónico de la mujer en la era del acero y la electricidad sin renunciar a su feminidad ni al hedonismo como filosofía de vida. En fin, es una mujer hecha a sí misma, otra más como pueden ser Tuppence Beresford, Laura Holt o Maddie Hayes, y a la que puse el nombre de Molly en honor a Moll Flanders y sus facciones recuerdan a una chica Gibson a la inglesa.

miss Molly Grapes

En el caso de Harry, aunque la sombra británica es densa, recibe su nombre de Harry Maesnow como guiño a los americanos Harry el Sucio o Philip Marlowe. Una ironía, dado que no comparte las aptitudes ni el tipo de ambos —que es tan retaco como Poirot o Colombo, pero sin tantos años de servicio—, y eso que recibe el sobrenombre de Pulso de Hielo porque nadie como él esgrime un Webley Mk I y vuelve loca a más de una con sus ojitos y su labia de mosquita muerta. Es un tipo con un carácter propio que, teniéndolo todo para ser un antihéroe, está condenado a triunfar en sus misiones aunque eso le acarree meterse en follones en un mundo hecho para la prosperidad de corruptores y corrompidos. ¡Qué le va a hacer si tiene alma de justiciero y le pierde hacer lo correcto! Pues, aunque no naciese para ser un hombre de acción, le toca espabilar a marchas forzadas metido en los fregados que se cuecen por los bajos fondos de Rabishpool.

agente Harry Maesnow

Bueno, hasta aquí algunos apuntes sobre la genealogía cultural de esta serie dedicada al hardboiled cómico neovictoriano con una nube de spicy y otras lindezas, pues no olvidemos que cada título, en general, combina tres historietas a veces entrelazadas, un crimen a resolver, como poco, y una práctica sexual como leitmotiv, combinando temas sociales con cuestiones personales o familiares de nuestro protagonista.


Otros referentes


Aventuras y tribulaciones de Harry Maesnow



jueves, 23 de noviembre de 2023

NUEVAS CUBIERTAS



Cubiertas de la edición en tapa dura de las aventuras de Harry Maesnow.


NUEVAS CUBIERTAS

DE LAS
AVENTURAS Y TRIBULACIONES
DE HARRY MAESNOW

de Fernando Figueroa



SINOPSIS DE LA SERIE: Bienvenidos a las aventuras y tribulaciones del agente de la Honorable Policía Metropolitana de Rabishpool Harold Maesnow. A finales del siglo XIX, en la Baja Inglaterra y en pleno declive de la era victoriana, Maesnow tratará de combatir el crimen y de sobrevivir a sus problemas familiares, la agitación política, la liberación sexual y la intensidad de su relación sentimental con la actriz Molly Grapes. Un hardboiled neovictoriano que será la delicia de los amantes del género, donde el misterio, la acción, la crítica social, el humor y el sexo se dan algo más que la mano.

 

Para diferenciar las ediciones en tapa blanda de las de tapa dura, he optado por diseñar unas nuevas cubiertas de estas últimas, que incluyen algunas de las ilustraciones de la serie. De este modo, se establece una escala de valor, ya que la edición Kindle no cuenta con ilustraciones, la edición de tapa blanda contiene ilustraciones, pero sus portadas son uniformes, y la edición en tapa dura contiene ilustraciones y unas portadas singulares. Un valor añadido que recompensará a los sibaritas de la publicación dentro de las calidades que ofrece Amazon, claro está

El motivo de la cubierta del primer título de la serie representa el crimen central de la novela, cuya resolución desencadena la trama. En ella vemos cómo el inspector Harold Maesnow acompaña al doctor Higherswing mientras este examina el cuerpo de un difunto sobre la cama de su habitación. Una escena doméstica.



El motivo de la cubierta del segundo título de la serie representa a un policía (un johnny) disparando en la calle y a la luz de una farola a un sindicalista que pone carteles. Es el mismo motivo que se empleó para la cubierta de la edición de Alma Negra. Una escena de genuino sabor urbano y negrocriminal, que promete emociones fuertes al lector.




El motivo de la cubierta del tercer título de la serie representa al actor Arnold Wayne acompañado por una desconocida, caminando por la ribera del río Rabish, perseguidos por dos hombres. Un anticipo de lo movidito e intrigante que son las noches en la capital del crimen en la Baja Inglaterra. También son húmedas y bañadas en niebla si no hace buen tiempo.



El motivo de la cubierta del cuarto título de la serie representa a los agentes Maesnow y O'Neill observando una pintada en un callejón del Distrito Portuario. De nuevo, la ciudad asoma como un personaje más, con su abrumadora presencia cargada de podredumbre y bajeza moral. Qué se le va a hacer. Es el Barrio Rojo, donde el peligro acecha en cada esquina y la roña se acumula en todos los rincones.



El motivo de la cubierta del quinto título de la serie representa una estación de tren. No puede ser de otra forma en una novela que es, ante todo, viajera. Se trata de una ilustración reciclada, perteneciente al conjunto de ilustraciones de El estreno o el caso Bramogra. En origen, representaba a la estación de Rabishpool, pero en su nueva adscripción alude a alguna de las estaciones francesas por las que transitan Harry y Molly en su viaje a Francia. Recordemos que las ilustraciones de este libro se limitan a los sellos capitulares donde figuran personajes, rótulos, bodegones o alegorías, por recortes de esfuerzo.



En general, las nueva cubiertas mantienen ese aire de estampa decimonónica, entre el aguafuerte y el aguatinta, y homenajean a todas esas variopintas xilografías o litografías que ilustraron la prensa de sucesos de la era victoriana. Unas lindas estampas que funcionan como ventanas que anuncian lo que puede avecinársele al lector.





sábado, 4 de noviembre de 2023

ASUNTOS DE FAMILIA

 



ASUNTOS DE FAMILIA

Microrrelato de Fernando Figueroa


Estimado tío, necesito mandes dinero con urgencia = Situación muy apurada = Granujas me timaron = Con dos mil duros bastará = Tu sobrino Manuel ====

Estimado tío, temo no recibiste telegrama anterior = Necesito con urgencia tres mil duros que te pedía = Si no fuera posible todo, mándame una parte ahora y otra luego = Te quiere, Manuel ====

Estimado tío, necesito tu ayuda = Mándame mil duros lo antes posible = Para ti no es nada = Estoy en la calle y nadie aquí me fía = Manuel ====

Primo Manuel, mi padre no podrá ayudarte = Muerte repentina tío Alberto = No pudimos avisar antes = Enterramos ayer = Carlos ===

Sois miserables = Debisteis avisarme = Hubiera corrido a su lado = Sabes muy bien cuánto me quería = Santo varón ====

Sé mucho mucho cuánto lo querías = Te fuiste después de sablearnos a todos = No nos lo reproches = Apañátelas ===

Me fui con lo puesto = Solo él me respetaba = Ingratos ====

Si andas preocupado por si te dejó algo, no te dejó nada = Vuelve por aquí y te echo a patadas ===

Si por vosotros fuera, me mataríais como a un perro = ¿No os importa que me pudra tirado bajo un puente? = Si te viesen tus padres ====

Tienes para telegramas, no te irá tan mal ===

No tenéis corazón = Como cuando murió tu madre, esa santa ====

Gasta gasta, bribón === 

Cabronazo ==== 

Siempre === 

 


Este microrrelato responde a la convocatoria de participación en el reto Matemos al narrador, propuesto por el blog El Tintero de Oro. Reto que consiste en:

Escribir un microrrelato (250 palabras) sin narrador y evaluando métodos diferentes al diálogo o el monólogo interno si es posible.

Espero haberlo cumplido optando por la fórmula de los telegramas que, reconozco, no es muy distante a la fórmula del diálogo, aunque con más distancia y sin dar la cara. He clavado las 250 palabras incluyendo las puntuaciones telegramáticas, que me las cuenta el Word por defecto como tales.

Ya de paso, aquí os dejo el enlace de mi anterior microrrelato para El Tintero de Oro Sancho el Deditos.





jueves, 2 de noviembre de 2023

EXPEDIENTE BÉLMEZ

 

Cubierta de Expediente Bélmez



EXPEDIENTE BÉLMEZ

texto de Fernando Figueroa



SINOPSIS: Mayo de 1984. En una casa baja del barrio de Entrevías, se producen fenómenos extraños. Este suceso más el suicidio del dueño de la casa obligan al Tralla, un baterista de heavy metal y admirador de Aleister Crowley, a desentrañar el misterio que se oculta detrás. Guiado por la Providencia, reunirá a un grupo de valientes: un formalito, un tocapelotas, una virgen, una fresca y un mudo, que lo acompañarán en su odisea de ultratumba. Todos juntos, se enfrentarán al mal que anida en el interior de la tierra y que amenaza con dominar el mundo. A ritmo de sexo, drogas, rock y magiak, descubriremos los secretos ancestrales que las viejas leyendas de Vallecas esconden.


Prosiguiendo en la nueva senda de escribir historias con un trasfondo barrial, publico esta segunda entrega de la serie Historias vallecanas, iniciada con Pentesilea. Esta vez, la acción se ubica en la Entrevías de 1984 y, en cuanto a género, se enclavaría dentro de la novela urbana, paranormal y erótica con un tono entre lo social y lo cómico. Y mira que he querido explorar mi capacidad de transmitir terror, pero creo que me cuesta tomarme en serio tanto los géneros como mis habilidades creativas en este mundo de locos. En fin, el principal propósito ha sido pasárselo bien escribiendo y ahondar en la comedia humana contemporánea mediante la configuración de un ramillete de personajes singulares instalados en un marco genuino y popular.

Aquellos que hayan leído Pentesilea y les gustó podrán llevarse una alegría con este libro, pues se encontrarán, al margen de algún que otro cameo, con un viejo amigo como protagonista, el entrañable (al menos para mí) Tralla, el baterista del Bambú Vudú. Por supuesto, más jovencito, en ciernes, como se dice, de emprender su carrera en serio. Un jevi amante de la magiak de Aleister Crowley, con mucho carisma y mucho arte para ganarse el favor femenino, escurrir el bulto y resolver problemas, y que se verá enredado, en su agitada rutina, en una aventura extraordinaria, digna de figurar en las sagas míticas de la historia y la leyenda del ocultismo y del rock más oscuro. Por supuesto, en compañía, que para eso estamos en los ochenta y rige el «solo no puedes, con amigos sí» antes, incluso, del próximo estreno de La bola de cristal en ese mismo año.

Obvio es que el escenario elegido responde en gran medida a la nostalgia de mi patria chica (léase la primera edad de la vida o el barrio de crianza). De este modo, nos asomamos a un pasado recreado, idealizado en sus luces y sombras, entre lo estereotipado y lo realista, lo que, creo, dota de profundidad y universalidad a las historias, aun siendo de género. En el fondo, la pandilla que asoma recordará a propuestas tales como la cuadrilla de Conan el Bárbaro o de Dragones y Mazmorras (vestidos con vaqueros y chupa o a la moda juvenil), el Club de los Cinco (fuera de clase, sobre o bajo el asfalto) o los Goonies (más creciditos y con las hormonas desatadas). La referencia cinéfila o telemaniaca está ahí, para qué negarlo, es inevitable. También te reirás un rato con los clichés vallecanos o roqueros al uso, con simpatía y sin ánimo de ofender, y una sexualidad descocada y desbocada no apta para recalcitrantes y mentes cuadradas. La creatividad tiene más de chorro que de agua mansa.

Como no puede ser menos para un historiador, disfruté mucho con la labor de documentación: observar la datación de acontecimientos, la existencia de edificios e instalaciones, la cultura material, las costumbres, la cosmovisión, el léxico, los juicios y prejuicios, la programación televisiva, las fases de la luna, etc.; entre la memoria, el relleno de lagunas y la confirmación de los recuerdos. Una potente base sobre la que proyectar una atmósfera extraordinaria que rara vez se ancla en un entorno barrial y que mi alma de niño anhelaba que anidase, al menos en la fantasía, en aquella Entrevías de los setenta y ochenta, aislada y fronteriza, necesitada y sobrada, humilde y orgullosa, marginada y luchadora, soñadora e idealista, que viví.

Además, he tratado de entroncar la trama con leyendas vallecanas como la del moro Kas o la del Caballo Blanco, que el folklore es de todos y de nadie, caramba. Así, para darle un peso autóctono y salirse fuera de los imaginarios tópicos y trillados del género y de lo visto por los Madriles. Hay que dar cancha a nuevos personajes o personajes olvidados y refrescar los géneros con nuevas propuestas o enfoques. Lo que se dice romper esquemas o ampliar el marco de referencias.

Respecto a las imágenes, he ilustrado puntualmente el texto con imágenes recicladas que venían al pelo y he diseñado una cubierta calcando la composición de una portada de la revista ocultista de la época Enigmas. Con ello, planteo ya de partida esa clave esotérica o esoteril que marcará lo que se encontrará el lector entre sus páginas, en torno a temas como el espiritismo o los viajes astrales para empezar. No olvidemos que la acción transcurre en una época en la que el ocultismo todavía no se había mostrado en todo su esplendor como una máquina de hacer billetes o manipular a la gente, y brindaba al españolito de a pie otra oportunidad más de expandir su mente tras décadas de confinamiento ideológico y de represión y conducción moral.

No sé. Creo que ha quedado una historia bastante apañada y un universo humano bastante chulo con el que puede ser fácil intimar con o sin confianzas. Eso sí, nada apta para puritanos, integristas, culturetas o lectores de chichinabo. Esto es ficción, literatura de género, esto es desparrame mental y emocional para pasar el rato desinhibidamente y con calidad de vida, sin grandes pretensiones académicas pero un mínimo de rigor cultural. Por lo demás, si te salpica algo de su contenido, te aguantas, que para eso has pagado, abierto la tapas y has metido las narices entre sus páginas para leerlas. El rock con letras entra; si no sabes a qué entras, pa qué te metes; ten descorridas las cortinas de la ducha siempre; no es oro todo lo que reluce; la realidad tiene dobleces; no te chines por memeces, y no pierdas de vista la salida ni la mochila..., en fin, enseñanzas a mogollón si sabes mirar todas la caras de la existencia.



Castellano

284 páginas
15,24 x 2,08 x 22,86 cm
Tapa blanda y Kindle




Entrevista