REFERENTES DE LA SERIE
DE HARRY MAESNOW (3)
de Fernando Figueroa
SINOPSIS DE LA SERIE: Bienvenidos a las aventuras y tribulaciones del agente de la Honorable Policía Metropolitana de Rabishpool Harold Maesnow. A finales del siglo XIX, en la Baja Inglaterra y en pleno declive de la era victoriana, Maesnow tratará de combatir el crimen y de sobrevivir a sus problemas familiares, la agitación política, la liberación sexual y la intensidad de su relación sentimental con la actriz Molly Grapes. Un hardboiled neovictoriano que será la delicia de los amantes del género, donde el misterio, la acción, la crítica social, el humor y el sexo se dan algo más que la mano.
Sin duda, hay libros que te abren otra perspectiva de la historia, esa que habla de los parias de la tierra y los que son, más que parias, los malparidos de las cloacas sociales. Y ahí tenemos la serie publicada por la editorial La Felguera bajo el título de Fuera de la ley. Una serie documental que he seguido desde 2017 (se inició en 2016) y que recomiendo encarecidamente por su elocuencia y desvelamiento del triperío patrio a lo largo del siglo XX y de cuatro volúmenes, aunque no he podido sentir en las siguientes entregas el mismo entusiasmo que me generó la lectura de su primer título (anclado entre 1900 y 1923). Ese primer libro que me hizo incubar un escenario y unos personajes que ubicaría finalmente en la Inglaterra victoriana, quizás por el peliagudo pudor de ubicarlos en nuestra sacralizada España o por la innegable fascinación que causa el British style y su exotismo decimonónico.
En todo caso, los bajos fondos de toda época y lugar tienen la peculiaridad de parecerse entre sí, y se ven afectados, incluso, por sus propios procesos de interinfluencia, intercambio, colonización, homologación y globalización; y eso hace que sean fácilmente trasplantables con satisfactoria verosimilitud en una recreación histórica. Por tanto, el festín de analogías está servido y la Rabishpool de 1892 se parece bastante a otros contextos de ayer y de hoy, incluido el Madrid del siglo XXI, mejor si tuviera mar.
También el impacto de este libro de La Felguera se sustenta en sus aportes gráficos. Basta con asomarse a su profusa documentación visual para quedar atrapados al descubrir las subyugantes entrañas del arcano urbano. Así es que sus galerías de retratos han marcado la pauta, en la serie de Harry Maesnow, de mostrar los rostros de algunos de los protagonistas y antagonistas de sus títulos. Un influjo en la faceta gráfica similar al efecto de los imaginarios mostrados en periódicos como Famous Crime o Police News en el diseño de las ilustraciones interiores. Es así que cada título en papel, del 1 al 4, tiene entre ellas su propia portada (apócrifa) del Police News de mano de un servidor y por un mísero penique extra.
Ilustración de Los pistoleros o el caso Hamster |
La configuración del universo atractivamente fronterizo y proscrito de los bajos fondos de Rabishpool (Little Italy, Menhoodland, Spanich Town, la Kasbah, Chinatown...), incluidas sus interconexiones con las altas esferas y sus maniobras en la oscuridad, deben mucho a la provechosa lectura de Fuera de la ley. De este modo, esta ciudad ficticia de la Baja Inglaterra no tiene nada que envidiar a una Liverpool, una Ámsterdam, un Shanghái, un San Francisco o una Barcelona reales, con sus barrios chinos o rojos. También, su influjo afecta al aire crepuscular de una época que se acaba y de un nuevo tiempo que nace, con nuevas ideas y nuevas maneras de vivir la vida y pensar la utopía. Del noventaiochismo hispano a la ancianidad victoriana hay poco trecho más allá de la frontera cultural o el idioma.
Para algunos podría parecer un anacronismo plantear ciertas cuestiones en el contexto elegido, pero es que la modernidad y la liberalidad vienen de viejo y, ¡qué diantres!, los temas se prestan en un entorno proclive a la transgresión y la reflexión. Más de lejos viene la conflictividad social o la criminalidad y, aunque parezca que jamás tuvo el mismo nivel de proyección y organización, también el pasado nos podría dar sopas con onda al respecto. Basta con mentar las germanías, garduñas y piraterías de antaño, que tengo a bien trasladar al Imperio británico y reunir junto a émulos de pícaros dickensianos, bleeders, sloggers, peakys o scuttlers. En fin, crimen y revolución son hijas del descontento o la injusticia de siempre, muy presentes en las raíces de la civilización y el capitalismo. En este punto, recomiendo la lectura del libro La isla de Bali (1937) del artista y antropólogo mexicano Miguel de Covarrubias, donde se explica la implantación del latrocinio y la prostitución de subsistencia por el imperativo holandés al obligar a comerciar y tributar con dinero contante y sonante. Míster Wong y Molly Grapes se lo leerían.
En definitiva, los elementos claves para configurar un escenario necrocriminal estimulante son el carácter urbano, portuario, industrial, proletario-suburbial (en diálogo con los barrios altos), garitero y farandulero, liminal, multicultural, clasista, mafioso, corrupto, subversivo..., donde la lucha de clases, la liberación moral y la reacción forman un triángulo pasional capaz de ofrecer multitud de tramas literarias y convertir a Rabishpool en un hervidero de sucesos y un polvorín social de primera magnitud a la altura (o sobrada altura) de Londres, Mánchester, Glasgow, Birmingham o Liverpool. A esto súmenle un surtido de perdedores, villanos, antihéroes y sedientos de justicia, y tendrán la créme de la crème del género. Si no se lo creen, entren y lean.
Aventuras y tribulaciones de Harry Maesnow