DONDE LAS ADÁN LAS EVA
Microrrelato de Fernando Figueroa
—¡Joder, está en bolas!
—Si te parece la iba a pintar con un taparrabos. Es Eva no Jane.
—Y ese es Adán, no Tarzán. Hasta ahí llego, macho, pero lo normal es que le pongan una hojita de parra. ¿O no?
—Ya, pero las Escrituras no dicen nada de hojas. Por eso el autor se ha tomado la libertad de no ponerles nada para simbolizar la inocencia, que eso sí que sale en algún versículo.
—¡Total! Creía que era porque, como no se había inventado el telar ni la caza, se tapaban así. Ya veo que era por la puta censura.
—¡Ahí le has dao! Las mentes sucias.
—Sí que lo son, porque, vamos a ver, ¿cómo carajo se sujeta la hojita? ¿Se mete la chorba el rabito por el coño y el tío por el agujero del pito?
—O se la pega al prepucio con resina.
—¡Eso duele!
—Eso duele mucho.
—Sobre todo si se te pone dura. Porque estos follaban fijo.
—Reproducirse no, pero follar, como macacos, tronco, como putos macacos con el culo colorado. Todo el día ahí, tirados en la hierba del Paraíso, chingando.
—Eso es vida y no currar como un gilipollas, salir los sábados por los garitos de siempre y acabar mojando el churro con la desesperada de turno.
—¿No me digas que te tiraste a la Chelo?
—¡Eh! ¡Yo no he dicho eso!
—Sí lo has dicho.
—Vale. Lo habremos hecho un par de veces.
—¡Ya serán más!
—Tienes la mente sucia, mamón.
Este microrrelato responde a la convocatoria de participación en el reto El arte y la literatura, propuesto por el blog El Tintero de Oro. Reto que consiste en:
Escribir un microrrelato de 250 palabras donde una obra de arte plástica sea la protagonista o el detonante de la historia.
Dicho y hecho, aquí van 250 palabras clavadas de nuevo que, espero, configuren un texto ameno para el auditorio lector como veces anteriores. Un diálogo que conecta los imaginarios culturales con la realidad cotidiana.
Ya de paso, aquí os dejo el enlace de mis anteriores microrrelatos para El Tintero de Oro:
Hola, Fernando, mientras avanzaba en la lectura de tu conversación iba pensando: cómo va desvariando la cosa... Y así, tal cual, es lo que ha pasado con Adán y Eva, que de aquellos lodos vienen estos barros, es decir, cómo ha desvariado la sociedad, entendiéndose el término desvariar como se quiera o como se interprete...
ResponderEliminarMuy original: relato y título.
Muchas gracias por participar en el microrreto del Tintero de oro.
Un abrazo. :)
Gracias, Merche. Interpretar es desvariar como traducir es traicionar o evolucionar es desfasar, jaja. Si Adán y Eva levantaran la cabeza... Abrazo.
EliminarMe gusta cómo lo cuentas, Fernando. Con naturalidad, tal como debería ser la vida antes de que alguien hubiese decidido que era necesario cubrir las partes púbicas con las incómodas hojas.
ResponderEliminarUn relato original, sin duda.
Un abrazo.
Gracias, Carmen. Nada como una mirada ingenua para apreciar lo artificioso del mundo, incluso de algún arte o alguna literatura, jeje. Abrazo y felices letras.
EliminarUna conversación entre Adán y Eva que me ha parecido hasta cómica, jajajaja, yo al menos me he reído al leerlo. Sin duda la perfecta unión con la obra de arte. Un saludo
ResponderEliminarNuria, del malentendido o el sobreentendido surgen buenísimas ideas. No hubiera estado mal que Adán y Eva comentasen cómo los había retratado un fresquista, pero aquí jugué con dos chavalotes de los ochenta intercambiando sus impresiones de excursión por Italia, pongamos el caso. ¡Abrazo!, y gracias.
EliminarEsta claro wuexeran críticos de arte abstracto . Delante de un clásico desearían.
ResponderEliminarMuy original planteamiento y ejecución.
Abrazooo
Gracias, Gabilante. Sin duda, a estos no les va figurar, aunque sí llevar el protagonismo, abstraídos en la exploración de sus instintos vitales. ¡Abrazo!
EliminarSi puede ser que la manzana simbolizaba el descubrimiento de lo sexual.... es decir en el Paraiso se andaba casto, ya fue cuando Adan "conocio" a Eva y ello acarreo la sancion.
ResponderEliminarla caida es por haber tenido sexo....
(bueno eso dicen los grandes teologos..... vaya uno a saber si han bebido mucho esos caballeros)
En efecto, entre elegir el fruto del árbol de la vida y el del árbol del conocimiento, eligieron el segundo, por lo que necesariamente tenían que reproducirse para subsistir como creación. Sin sexo no puede acumularse el conocimiento que nos bendice y maldice, y no se puede conocer sin hincarle el diente a las manzanas y manzanitas que nos ofrece la vida. Sexo y seso van de la mano. Saludo, J.C.
EliminarSonrío mucho, Fernando ¡Qué buena parodia!, desde el mismísimo título, una feroz crítica a los mitos, con chulería, gracia y humor del bueno, sin censuras ni otras gilipolladas. Y todo a golpe de diálogo a lo Faemino y Cansado.
ResponderEliminarAhí, ahí, humor a la madrileña, con su copita de brandy en ristre y su palillito en la boca. Seguro que había un local por Malasaña llamado la Capilla Sixtina donde paraban estos jevis amantes del arte y la mitología bíblica. ¡Saludo!
EliminarSegurísimo y si no lo hay hay, malasaña está pidiendo un garito con ese nombre ¡ya!
ResponderEliminarHola Fernando, el relato destaca por su audacia y por el uso de un lenguaje coloquial que, lejos de trivializar el tema, lo convierte en una crítica mordaz a la censura, la moralidad impuesta y la representación tradicional de los mitos fundacionales. El diálogo entre los personajes, cargado de ironía y provocación, invita a reflexionar sobre cómo el arte y la literatura pueden cuestionar los límites de lo aceptable y lo establecido. Una propuesta valiente que no deja indiferente. Abrazos desde Venezuela
ResponderEliminarGracias, Raquel. Me apetecía contrastar la ingenuidad popular en la lectura de las imágenes con el interés dogmático de la interpretación religiosa. Ahí, como dices, el arte y la literatura se remueven para evidenciar cómo la creatividad humana está por encima de visiones asumidas como inamovibles e incuestionables con el fin de ejercer restricciones de la vitalidad humana. Los prejuicios no deben dejarnos ver la pureza de la frescura de vivir desde el corazón y el instinto. ¡Saludo transatlántico!
EliminarProvocador, irónico, crítico... Una propuesta diferente y muy divertida.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta. Me alegra que te haya agradado la lectura.
EliminarHola Fernando
ResponderEliminarUna lección de la evolución del clasicismo del cuadro al fin de semana actual. ¡Buenísimo! Y con reflexión ética incluída, evaluando la presencia o ausencia de la hoja de parra desde una perspectiva moral, o más bien prejuiciosa. Te ha salido provocadoramente divertido el reto.
Saludos
Marlen
Gracias, Marlen. Las alegorías se las traen si las examinamos con la lupa del naturalismo y la razón de la ingenuidad. Saludo.
EliminarHola Fernando nos dejas una versión divertida y moderna de cómo debieron suceder los hechos que nos contaron sobre ese momento .
ResponderEliminarTe felicito por dar vida a ese cuadro
Un saludo
Puri
Gracias, Puri. Me alegra que te haya divertido. Saludo.
EliminarHola Fernando. Tu relato es una mezcla explosiva de humor irreverente y diálogo callejero que reimagina una conversación entre dos amigos frente a una pintura de Adán y Eva en el Paraíso; con una prosa cruda, coloquial, capturas el tono de dos tipos discutiendo la desnudez de las figuras bíblicas, cuestionando por qué no llevan la “hojita de parra” y especulando con mucha gracia.
ResponderEliminarLa charla revela un trasfondo de camaradería y machismo cotidiano. Es un retrato de una masculinidad desenfadada que encuentra en el arte una excusa para la guasa, dejando un eco de risas y una invitación a no tomarse demasiado en serio ni las Escrituras ni la vida misma.
Saludos
Muy bien pintado, Marcos. Has extraído divinamente la moraleja del microrrelato: no hay tomarse demasiado en serio las cosas; que luego vienen los dogmas y las mortificaciones. ¡Saludo!
EliminarLo que llega a dar de sí el arte y la cantidad de cosas en las que nos hace pensar! No hace falta ser un entendido solamente querer observar! Je, je! Muy simpática la escena! Un abrazote!
ResponderEliminarMe alegra que te divirtiese. Gracias, Marifelita. ¡Saludo!
EliminarYo creo que Adán fue en plan Tarzán y le quitó la piel a un mono para hacerse un taparrabos, y a Eva le fue más fácil: se dejó el pelo a lo Rapunzel y ya, ¡que le cubría todo lo que no quería enseñar!
ResponderEliminarEvidente, cuando le tocó ganarse el pan con el sudor de su frente, Adán se tuvo que poner el mono. A Eva le iba ni que pintado hacerse un faldita tricotando la pelambre y ponerle bolsillos para recoger frutos, frutas, raíces, semillas, las herramientas que no pudiese colgarse su compañero. ¡Saludo y gracias!
EliminarMuy original el título y muy divertido el relato. Un diálogo ocurrente y que toma unos derroteros insospechados.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Rosa. Me alegra que te divirtiese la lectura. Menuda pareja se juntó. ¡Saludo!
EliminarSuelo ir a los museos de pintura con regularidad y me fijo mucho en las caras y los comentarios de quienes se paran a ver un cuadro. Nunca me he encontrado con los dos que salen en este relato, y bien que lo lamento porque la reacción ante esa belleza es de traca y muy natural. Nada que ver con la caterva de esnobs que te puedes encontrar en los museos.
ResponderEliminarMe encantaría oír su conversación delante de una obra abstracta, de esas que se califican de "arte conceptual" y que no hay quien las entienda.
Un abrazo.
Todo llegará, aunque estos son más de Pollock que de Kandinsky. Abrazo y gracias.
EliminarHola Fernando bien escrito. Creo que demuestra que al final el arte también lo personalizamos traspasamos nuestras penurias y seguro alegrías. Un abrazo.
ResponderEliminarSiempre hay una parte de proyección en toda interpretación. Gracias, Ainhoa, ¡un saludo!
EliminarJa, ja, ja, Fernando, qué parodia más bien llevada, y es que nadie se lo pregunta, o pocos lo hacen, pero visto en retrospectiva tiene toda la lógica del mundo. Me he reído mucho con tu relato. Graicas por ofrecerlo
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra, Pepe, haberte sacado unas risas en este paño de lágrimas. ¡Abrazo!
EliminarTal como la vida misma, con naturalidad y directo al meollo de la cuestión. Están en pelota picada y punto, que era la moda de los primeros padres. Y chingar, chingaron seguro, pues sino, no estaríamos pululando como sierpes por este valle de lágrimas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Francisco, por leer y comentar. Así es, si estrecho era el Paraíso, ¡ancha es Castilla! Abrazo.
EliminarHola, Fernando, te has cargado un cuadro que te ha permitido que esos dos parlanchines se explayaran de lo lindo, exhibiendo su ignorancia ¿artística? Adán / Tarzán; Eva / Jane..., y usando un lenguaje naturalmente explícito, han montado una, que si los personajes del cuadro en cuestión, y de todas las obras expuestas, y los asistentes, pudieran escucharlos, la sala no aguantaria el ruido de todas las carcajadas y argumentos derivados de su charla, y la galería quedara clausurada por la locura colectiva que generó, ja, ja. Una gozada el micro, mira donde vino a saberse de esos encuentros con la Chelo, ja, ja, es lo que tiene la desnudez, obliga a desnudarse, ja, ja.
ResponderEliminarMe ha gustado ver como de una pintura que supuestamente revela la culpa de nuestro eterno sufrimiento, has venido a darle una nota tan jocosa que la hace muy graciosa al leerte. Va un gran aplauso a tu ingeniosa y humorística creatividad. Agradables días y noches venideras.
Gracias. Me alegra que te divirtiese. Pues, desde que entraron estos dos adanes, ya no dejan pasar a la Capilla Sixtina ni siquiera a las marías más recatadas; que lo que piensan unos desde el desmadre de la liberalidad de la ignorancia, otros lo piensan desde la perversidad del cautiverio del conocimiento. Bueno, a la Chelo la dejan, pero porque trabaja allí barriendo el polvo y fregando los mármoles mientras sueña con un gran y auténtico amor que la saque de la rutinaria parranda de los bares, la libere de su triste vida como hija de Eva. ¡Felices lecturas y escrituras!
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