viernes, 7 de noviembre de 2025

NO LA PINCHES, TÍO

 



NO LA PINCHES, TÍO

Microrrelato de Fernando Figueroa


Los Orión se creían unas rockstars. Subían al escenario como si el zenit de su carrera lo hubieran alcanzado ya al nacer, como si la música de las esferas hubiese quedado atrás con su primera maqueta o la historia del rock no fuera más que su prehistoria. Los escenarios, el underground y la industria les debían la razón de existir; se habían inventando previendo su venida. Al igual que los clubs de fans, meros ensayos preparatorios ante el apoteósico acontecimiento que revolucionaría verdaderamente la música de raza: ellos

A caballo entre Vallecas y Villaverde, en 1986, una conjunción dispar de talentos dio lugar a un conjunto genial que orbitaba alrededor de su vocalista, Juan Escorpio, un tipo con los cojones suficientes para mirar por encima del hombro a los mánagers o hablar de tú a tú a las discográficas, alcanzar el si bemol y sostenerlo como los ángeles en un rango de siete octavas o satisfacer a veinte grupis en tres horas de incansable lujuria estando en ayunas de toda sustancia legal e ilegal.

Tal era su legendario éxito, tal era la pléyade de imitadores de su voraz estilo, tantos críticos les besaban el culo o seguidores emulaban sus gestas delante y detrás del backstage que nadie recordaba a quien dio a Orión su primera oportunidad, el dueño de la sala Artemisa. Si lo hubiesen recordado, se habrían acordado del profético consejo que les dio aquel visionario en camerinos: ¡Escorpio, tío, si pinchas otra vez, Orión no tocará el cielo!

 

Este microrrelato responde a la convocatoria de participación en el microrreto Constelaciones, propuesto por el blog El Tintero de Oro. Consiste en:

Escribir un microrrelato de 250 palabras inspirado en una constelación.

Dicho y hecho, ahí han ido 250 palabras clavadas que, espero, configuren un texto ameno para el auditorio lector como veces anteriores. Un diálogo que conecta los imaginarios culturales con la realidad cotidiana, la mitología y el rock.

Ya de paso, aquí os dejo el enlace de mis anteriores microrrelatos para El Tintero de Oro:



35 comentarios:

  1. Hola tu relato es una tragicomedia del rock en estado puro: creerte un dios mientras cavas tu propia fosa con cada acorde.Me fascina cómo construye una epopeya absurda y grandilocuente alrededor de unos personajes que, en su propia leyenda, son tan excesivos que resultan casi divinos y ridículos al mismo tiempo. La advertencia final del dueño de la sala Artemisa actúa como un golpe de genio: es esa voz profética que nadie escucha, el recordatorio de que todo ese edificio de fama y ego se sostiene sobre el olvido de un consejo sabio. Abrazos virtuales desde Venezuela

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, un saludo. El rock se presta a la leyenda y al mito y, por tanto, a la tragedia y la comedia más bien negra, más satírica que inocente, jaja. Un saludo trasatlántico.

      Eliminar
  2. Muy bueno. Un texto donde no salen constelaciones pero no se deja de hablar de ellas en ningún momento. Con vocabulario astrologico escogido para referirse a las más diversas vicisitudes. El tal escorpio, antes de las treinta grupies tampoco me parecía tan excepcioal.
    Abrazooo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las estrellas del rock forman, intercambian o matan sus propias constelaciones. Y sí. Es cierto lo que dices. Escorpio no era para tanto, un poco fantasmilla decían los de Obús que les parecía, que podían mejorar sus cotas menos lo del sí bemol, o que era un tipo con más morro que rabo, y un maleducado, un poco broncas, contaban Barón Rojo. Eso sí, ahora, con los adelantos que hay, ser rockstar lo es cualquiera. Ponte a serlo en los ochenta o los sententa. Ya verás, ya verás como no es tan sencillo. ¡Abrazo!

      Eliminar
  3. Hola, Fernando, tu relato roza el estrellato con tanto juego de palabras, hasta el punto de que no sé si alcanzarte una estrella del cielo o aplaudirte, mientras de fondo suena un rock acompasado con extra de constelaciones y un mucho de buen humor. Te felicito, muy original. 👏
    Un abrazo. 🤗

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Meche, que no pare la música y continúe el espectáculo. Abrazo.

      Eliminar
  4. Desde luego no hay duda que has creado tu propio mundo estelar con dioses, constelaciones y estrellas dentro de un mundo musical en el que no podían faltar "las esferas".
    Yo hubiera profetizado que si pinchaba Escorpio, A Orion se le acabaría su carrera musical. Pues la leyenda del cazador así lo cuenta. Escorpion fue el que acabo con la prepotencia de ese dios engreído ¿O fue Artemisa con su flecha?
    Un abrazo, compañero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Quién sabe, Francisco! Los mitos del rock son tan inescrutables como el corazón de un motero. Hay una versión de ellos en cada barra de bar, jaja. Pero todas coinciden: no hay dios que no haya alguna vez besado el barro, o para escupirlo o para tragarlo. Abrazo.

      Eliminar
  5. Pues de Vallecas tenías que ser, Fernando, que hasta la metes en un relato de estrellas algo estrelladas. El 86 no fue un mal año para la música, pese a lo que cuenten de los 60. Mitología y rock no es mala compañía, colega, no debería serlo.
    Un micro con sello personal, eso me ha gustado.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, espero huir de las radiofórmulas..., digo, de las microfórmulas. ¡Saludo!

      Eliminar
  6. Hola, Fernando. Pues menudo giro le has dado al tema de las constelaciones. Un micro estupendo, lleno de referencias mitológicas en torno a esa banda de rock. Me ha encantado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Marta. Es hablar de estrellas y se me va el pensamiento al mundo del espectáculo, jaja. Saludo.

      Eliminar
  7. Hola Fernando. Tu micro no cuenta la historia de un grupo.
    La quema en directo.
    La convierte en Icaro con chupa de cuero.
    En cometa que se estrella en Vallecas. Es rock que no necesita amplificador.
    Es ego que explota en si bemol.
    Es la sala Artemisa como tumba de los dioses.
    Te felicito

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias! Me alegra tu entusiasmo. Todo castigo a la hibris es poca en este tiempo de narcisismo y megalomanía sin ritmo ni gracia.

      Eliminar
  8. Hola, Fernando.
    Me ha encantado que tu micro girase en torno a una estrella del rock, cual planeta literario. Y, para refrendar esto último, su escritura elegante y el fondo musical le dotan de una redondez planetaria.
    Y sí, por desgracia, "estrellas" como Escorpio ha habido muchas y sus comportamientos han dejado desangelados a más de un "Ángel de Orión"... ¡Qué se le va a hacer!
    Un cordial saludo.
    Patxi.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Patxi. Confiemos que en una galaxia tan grande como es la música, haya estrellas que no sean ni fugaces ni explosivas, sino cálidas y perennes. Abrazo.

      Eliminar
  9. Un relato muy original en el que las estrellas no son precisamente las que brillan en el cielo nocturno. Pero brillan con más o menos mérito.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Hola Fernando,las estrellas del rok también tienen su sitio en el firmamento estelar y para ejemplo las que nos cuentas en este relato tan original.
    Un saludo y¡¡ viva el rock and roll !!
    Puri

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Puri. En el cielo cabemos todos, sin duda. Saludo y ¡viva!

      Eliminar
  11. Hola Fernando. Una manera original de afrontar el reto, dirigida al estrellato más mundano. Los ochenta fueron años de buena música que ha perdurado en el tiempo. También la tumba musical de muchos que empezaron y se quedaron en promesas. Demasiado ego gastaba el valor Escorpio. Me queda la duda de si hay una historia real tras el micro o es solo tu imaginación. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es imaginación, aunque son lugares tan comunes en la historia de la música y otras artes que seguro que, en la realidad (esa que siempre supera a la ficción), se habrá dado, se estará dando y se dará algo similar. Un abrazo y gracias, Jorge.

      Eliminar
  12. Hola Fernando, pues en este caso la imaginación se parece mucho a la realidad porque podría ser una historia perfectamente contada en una revista, libro, periódico entre amigos. Me ha gustado mucho un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Ainhoa. Me alegra que te gustase. Igual le debo algo al hecho de disfrutar leyendo las entrevistas del magazine "Jot Down". Son fascinantes las entrevistas a fondo de estrellas de la música, entre la realidad, la anécdota y la leyenda. ¡Saludo!

      Eliminar
  13. Hola, Fernando. Me gusta cómo has dado una vuelta de tuerca a la consigna del concurso. Hay estrellas, sí, pero de rock. Me encantó.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Cynthia. Me alegra que hayas conectado con el micro. ¡Saludo!

      Eliminar
  14. Hola, Fernández, que ingeniosa manera de describir las estrellas y sus relaciones! Me ha encantado!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, MIrna. El ingenio es lo mejor para las estrellas porque tiene chispa. Un saludo.

      Eliminar
  15. Sin duda, le has dado un giro al reto y te ha quedado de lo más original. Juan Escorpio, me encanta, no sé si lo has pensado mucho o te ha salido solo pero tiene una identidad muy fuerte. Me ha gustado mucho! Saludos :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, María. Donde esté un personaje con personalidad sobre el papel que se quiten los estereotipos de cartón, jaja. ¡Un saludo!

      Eliminar
  16. ¡Hola! un aporte muy original, llevando las constelaciones al fascinante mundo de la música y toda la la atmósfera de los artistas y los grupos musicales. Muy buena esa analogía de las estrellas del firmamento con las estrellas del rock.
    ¡Gracias por participar en el microrreto!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar